ENTRETENIDA Y FORMATIVA/ ERNESTO HERRERA
Entretenida y formativa
Ernesto Herrera
Ganadora del Premio Lipp de Novela 2015, a “Un millón de gusanos” (Resistencia, 2015), de Rogelio Flores, puede considerársele una novela de la onda de nuestros días porque posee todos los rasgos de las novelas emblemáticas de este subgénero: el protagonista es un joven locochón y hay mucho rock (y un poco de nacoteca y rancheras y arrabaleras). Se trata de un libro con ilustraciones, rasgo característico de la editorial.
Empleando un esquema lógico, podemos decir que su protagonista, el veinteañero Román, va de la deformación a la formación (como se apuntó arriba, vive la locura de la juventud). La época que se recrea en “Un millón de gusanos” son los noventa, así que hay muchos lectores que se identificarán con él. Él libro se estructura en dos partes: lado A y el B de un casete para reforzar el sentimiento de aquellos años. Román aún está superando el duelo por la muerte de su hermano gemelo Rubén, con quien aún tiene una conexión; ese dolor se acentúa cuando su novia lo deja lo que lo lleva a un viaje al fondo de la noche, que es el de su conciencia. A través de sus aventuras, se recorren sitios que marcaron los años noventa —Rock Stock, Rockotitlán—, sin soslayar, claro, música de la época —Echo and The Bunnymen, The Smiths, Maldita Vecindad— que se escuchaba en casetes; el protagonista además tiene su culturita literaria (Pablo Neruda y Efraín Huerta son citados). El mayor mérito de Rogelio Flores es su prosa ágil que hace que la novela se lea propiamente de un jalón. Acaso el único pero que se le pueda poner es el apresurado final (feliz). Las ilustraciones son de Jorge F. Muñoz Yorko.